viernes, 8 de agosto de 2008

DOMINGO 10 DE AGOSTO

Evangelio

Mateo 14, 22-33. Jesús hizo que los discípulos subieran a la barca y se le adelantaran al otro lado mientras él despedía a la multitud. Y, después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba allí solo. Mientras tanto, la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. De madrugada se les acercó Jesús, andando sobre el agua. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un fantasma. Jesús les dijo en seguida: «¡Cálmense!, soy yo, no tengan miedo!» Pedro le contestó: -«Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua. » Él le dijo: -«Ven. » Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua, acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: -«Señor, sálvame.» En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: -«¡Hombre de poca fe! ¿Por qué has dudado?» En cuanto subieron a la barca, se calmó el viento. Los de la barca se postraron ante él, diciendo: -«Realmente eres Hijo de Dios.» Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.




Notas Pastorales: Confiemos en Dios


Y como empezaba a hundirse, gritó: “¡Sálvame Señor!” Al punto, Jesús le tendió la mano y le dijo: “Hombre de poca fe, ¿por qué has dudado?” (Mt. 14, 16).


El hombre que tiene que vérselas con la vida y con sus peligros, necesita apoyo, algo en qué afianzarse, un refugio dónde protegerse, para tener confianza y sentir seguridad. Dios, al prohibir al hombre el fruto del árbol de la ciencia, le estaba invitando a afianzarse en Él para buscar el discernimiento entre el bien y el mal.

Creer en la Palabra Divina, es escoger entre dos sabidurías; fiarse de Su sabiduría y renunciar a la falsa, es tener la certeza de la omnipotencia del Creador. La confianza en Dios, es inquebrantable porque es sincera, transparente y profundamente sencilla; no obstante, ese confiar no es ignorancia de la maldad de este mundo, y mucho menos puede confundirse con ingenuidad. Se trata de reconocer que todo se lo debemos esencialmente al poder y a la misericordia de Dios, quien nos quiere y nunca nos abandona.

En los Salmos podemos encontrar buenos ejemplos: “Me acuesto en paz y en seguida me duermo, porque sólo tú, Señor, aseguras mi descanso” (Sal. 4, 9); “El camino de Dios es perfecto, la promesa del Señor es digna de confianza. El Señor es un escudo para los que se refugian en él (Sal. 18, 31)”; “Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque tú estás conmigo” (Sal. 23, 4); “Pero yo confío en ti, Señor, y te digo: Tú eres mi Dios, mi destino está en tus manos” (Sal. 31, 15-16).

Para encontrar esta confianza en Dios, es necesario que lo conozcamos a través de la oración. Jesús, de cuando en cuando se distancia de la gente y busca en soledad relacionarse con el Padre, sin prisa. El silencio del monte y de la noche le crea un espacio abierto para el encuentro, el diálogo y la oración. Con este dato, el evangelio nos traza el camino para descubrir realmente a Dios.

La oración hecha en un clima de paz exterior, propicia a la mente y al corazón, la libertad necesaria para ver y contemplar al Señor. A veces se quiere descubrir a Dios en el terremoto, en el huracán, en la centella, y parece que por ahí no pasa tan fácilmente. Él se revela en una brisa fresca, como un susurro, y su voz repite: “No tengas miedo”.

Esa es la tarea de la fe, encontrarlo, escuchar su voz y caminar sin vacilar, aunque se encrespen las olas. Es fácil avanzar cuando el agua está serena; es difícil fiarse de Dios cuando las realidades son oscuras, los caminos inciertos y las cosas no salen tan bien. El hombre de fe verdadera camina sobre las aguas sin vacilar.


Monseñor Antonio José López Castillo

Arzobispo de Barquisimeto.




Santo Padre

Su biografía (I Parte). El cardenal Joseph Ratzinger, Papa Benedicto XVI, nació en Marktl am Inn, diócesis de Passau (Alemania), el 16 de abril de 1927 (Sábado Santo), y fue bautizado ese mismo día.

Su padre, comisario de la gendarmería, provenía de una antigua familia de agricultores de la Baja Baviera, de condiciones económicas más bien modestas. Su madre era hija de artesanos de Rimsting, en el lago Chiem, y antes de casarse trabajó de cocinera en varios hoteles.

Pasó su infancia y su adolescencia en Traunstein, una pequeña localidad cerca de la frontera con Austria, a treinta kilómetros de Salzburgo. En ese marco, que él mismo ha definido “mozartiano”, recibió su formación cristiana, humana y cultural. El período de su juventud no fue fácil. La fe y la educación de su familia lo preparó para afrontar la dura experiencia de aquellos tiempos en los que el régimen nazi mantenía un clima de fuerte hostilidad contra la Iglesia católica.

El joven Joseph vio como los nazis golpeaban al párroco antes de la celebración de la Santa Misa. Precisamente en esa compleja situación, descubrió la belleza y la verdad de la fe en Cristo; para ello fue fundamental la actitud de su familia, que siempre dio un claro testimonio de bondad y esperanza, con una arraigada pertenencia a la Iglesia.

En los últimos meses de la segunda guerra mundial fue enrolado en los servicios auxiliares antiaéreos. De 1946 a 1951 estudió filosofía y teología en la Escuela superior de filosofía y teología de Freising y en la universidad de Munich, en Baviera.

Recibió la ordenación sacerdotal el 29 de junio de 1951. Un año después, inició su actividad como profesor en la Escuela superior de Freising. En el año 1953 se doctoró en teología con la tesis: “Pueblo y casa de Dios en la doctrina de la Iglesia en san Agustín”.

Cuatro años más tarde, bajo la dirección del conocido profesor de teología fundamental Gottlieb Söhngen, obtuvo la habilitación para la enseñanza con una disertación sobre: “La teología de la historia de san Buenaventura”.


Aparecida

“Es positiva la globalización de la justicia”


V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe. Documento Aparecida. Primera Parte. Capítulo 2/ 2.1.3 Situación socio-política. Del 79 al 92.


Algunos parlamentos o congresos legislativos aprueban leyes injustas por encima de los derechos humanos y de la voluntad popular, precisamente por no estar cerca de sus representados ni saber escuchar y dialogar con los ciudadanos, pero también por ignorancia, por falta de acompañamiento, y porque muchos ciudadanos abdican de su deber de participar en la vida pública.


En algunos Estados, ha aumentado la represión, la violación de los derechos humanos, incluso el derecho a la libertad religiosa, la libertad de expresión y la libertad de enseñanza, así como el desprecio a la objeción de conciencia.


Si bien en algunos países se han logrado acuerdos de paz, superando así conflictos de vieja data, en otros continúa la lucha armada con todas sus secuelas (muertes violentas, violaciones a los Derechos Humanos, amenazas, niños en la guerra, secuestros etc.), sin avizorar soluciones a corto plazo. La influencia del narconegocio en estos grupos dificulta aún más las posibles soluciones.


En América Latina y El Caribe se aprecia una creciente voluntad de integración regional con acuerdos multilaterales… Al origen común se une la cultura, la lengua y la religión… También es positiva la globalización de la justicia, en el campo de los derechos humanos y de los crímenes contra la humanidad, que a todos permitirá vivir progresivamente bajo iguales normas llamadas a proteger su dignidad, su integridad y su vida.



Concilio Plenario de Venezuela

Desafíos para las parroquias


Resumen del Documento Conciliar Nº 11 Instancias de Comunión. Desafío 3. La Parroquia, comunidad de comunidades y movimientos.


La parroquia sea ámbito en el que resuenen las esperanzas y los problemas de la comunidad humana en la que está ubicada.


El párroco, con el consejo pastoral parroquial, asegure los medios para que la parroquia sea una auténtica “comunidad de comunidades y movimientos”, a través de la sectorización, la promoción de la participación, los ministerios confiados a laicos y la realización de asambleas y encuentros pastorales parroquiales. Fortalezcan los consejos pastorales y de asuntos económicos de modo que sean una real expresión de comunión y participación de todos los sectores y ambientes de la comunidad parroquial.


Los responsables de la acción pastoral de la parroquia adecuen los organismos de comunión y participación pastoral a la realidad social, cultural, económica de la comunidad humana en que se desenvuelve.


Propicien los párrocos y demás agentes de coordinación pastoral la participación de los miembros de la vida consagrada y de los movimientos apostólicos en los diversos servicios y consejos parroquiales, en un clima de comunión.


Todos los miembros de la parroquia hagan de la celebración eucarística… una experiencia de verdadero crecimiento espiritual y centro del misterio de la fe cristiana de la comunidad…Aprovechen las fiestas patronales y otras manifestaciones de religiosidad popular como momentos privilegiados de evangelización, acercamiento a la fe de nuestro pueblo…Organicen jornadas misioneras, especialmente en los tiempos fuertes, fomentando el sentido misionero.


Los ministros ordenados estimulen la colaboración permanente de los fieles laicos con las ONG y otras asociaciones de su ámbito, convirtiendo las parroquias en un espacio abierto para el encuentro y para la promoción del bien común.




Áreas Pastorales


En la Arquidiócesis de Barquisimeto, existen muchas obras sociales que son llevadas a cabo por sacerdotes y laicos comprometidos a favor de los más necesitados. Entre estas organizaciones sin fines de lucro, se encuentran el Honim y el Pequeño Cottolengo, que se dedican a la atención, asistencia y desarrollo integral del niño discapacitado, con la finalidad de mejorar su calidad de vida y hacer posible su integración en la sociedad. Cada uno de estos hogares acoge a más de 70 niños. "En nuestra casa no se preguntará a nadie si tiene un nombre, una religión, sino sólo si tiene un dolor, porque nuestra caridad no cierra las puertas” (Don Orione).


Monseñor Antonio José López Castillo visitó por primera vez estas dos casas, donde pudo conocer, saludar y dar su bendición a todos, en especial a los niños, quienes con mucho entusiasmo se le acercaban. El Padre Miguel Angel Bombin, comentó que la presencia del arzobispo fue una “gran alegría para la comunidad, para los niños y asistidos, para los trabajadores y voluntarios”. Aprovechando esta ocasión, el arzobispo de Barquisimeto inauguró una nueva capilla, y luego hizo un recorrido por las instalaciones.


“Gracias Monseñor por su apoyo y el ánimo que transmitió a todos. Sabemos que éstas casas, obras de ésta nuestra iglesia, que está cercana y comprometida con quien sufre, están muy presentes en su corazón”, fue el mensaje que enviaron los padres del Honim a su Pastor.




Lic. Vanessa González C.



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